martes, 12 de mayo de 2009

Chile: Sara Larraín: Este es un “reality de la corrupción”

Fuente: Radio Universidad de Chile. 4 de mayo de 2009

En 1999 Sara Larraín se presentó como candidata presidencial con un mensaje diferente y que no tuvo mucho impacto social: el cuidado del medioambiente. Hoy ese concepto está instalado con mucha fuerza en la opinión pública y ya no es ninguna novedad la necesidad de preocuparse por el entorno. Es más, se ha transformado en un elemento fundamental de decisión política y económica.

Esto ha motivado, según la ambientalista, a que las empresas que intentan establecer proyectos que tienen efectos medio ambientales contraten servicios comunicacionales de personas cercanas a los gobiernos, quienes tienen mayores opciones en los procesos de lobby.

"Hay una absoluta transacción de intereses y tráfico de influencias entre los actores del Estado y pseudopolíticos que han instalado empresas de relaciones públicas o que se sientan en los directorios de las empresas después de salir de los ministerios, que hoy atenta en contra de la gobernabilidad democrática del país", denunció la ex candidata presidencial en el programa Semáforo de Radio Universidad de Chile.

La directora ejecutiva del Programa Chile Sustentable apuntó sus dardos a las empresas comunicacionales de Eugenio Tironi, Enrique Correa y de las hijas del ex ministro Belisario Velasco, quienes tienen una peligrosa cercanía política con altas esferas ministeriales y de servicios públicos encargadas de visar la realización de los proyectos con impacto en el medio ambiente.

Larraín señaló el ejemplo de la empresa Gener, que "cuando contrata a la consultora de Enrique Correa, ex ministro de Estado, se sabe que tiene llegada directa a la ministra de Agricultura, al ministro Pérez Yoma o al ministro Bitar. Entonces, vemos cómo las órdenes a los mandos medios que deben entregar su pronunciamiento en los distintos permisos (Estudios de Impacto Ambiental) empiezan a cambiar, contradiciéndose sin que el proyecto en sí cambie un ápice del modelo inicial".

"Hoy, gran parte del peligro de que la Concertación no siga en el gobierno es que la gente está cansada del tráfico de influencia y la corrupción. Es un reality de la corrupción", afirmó.

"Histeria energética"

Larraín confesó a la periodista Vivian Lavín que ve con alarma cómo se aborda el tema energético en nuestro país. "Las principales razones de porqué no se han cumplido los compromisos son las presiones, lobby y contratación de servicios de gente cercana al gobierno al interior de las empresas, que generan proyectos reñidos con el medioambiente", insistió.


Larraín agregó que en Chile los principales problemas tienen que ver con la falta de una política clara respecto a los proyectos energéticos que se aceptarán para el país, donde reconoce que si bien "hay avances a nivel de gobierno, en términos del día a día no ha cambiado nada".

Es más, denuncia que "en el gobierno hay una histeria energética producto de la restricción del gas proveniente de Argentina que no enfrentó a tiempo, hay una histeria de aceptar todo tipo de proyecto energético que se ofrecen, muchos de ellos a carbón e hidroeléctricos que afectan a las cuencas y que han significado una respuesta masiva de la población".

Muestra de ello es que, si bien se logró desarrollar un Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, que analiza cada proyecto antes de ser evaluado, la mayoría de estos planes "han entrado en conflicto con las aspiraciones de desarrollo regional".

Dos ejemplos claros son Aysén y Panguipulli donde hay importantes proyectos hidroeléctricos que confrontan una serie de ideas de desarrollo regional que "incentivan el turismo, las cabalgatas, la artesanía, la producción limpia que no quiere industrializarse con una o dos empresas que terminan empobreciendo a la población por mucho que, mientras dure la construcción de las centrales, se den veinte o treinta empleos".

Para Sara Larraín, la culpa es clara y apunta al gobierno: "La política de Estado es un factor de conflicto dentro de este tema", aseguró.

Letra muerta

Cuando Michelle Bachelet era candidata presidencial firmó con los ambientalistas el Acuerdo de Chagual. En él se abordaron varios puntos que exigían la creación del ministerio del Medioambiente, de la Superintendencia de Fiscalización y de una ley de ordenamiento territorial. También contemplaba la creación de un sistema de Parques Nacionales, el aumento de fondos para inversión ambiental, la reforma de Política Fiscal y la promoción de energías renovables, entre otros.

Sin embargo, algunos de estos compromisos hoy son prácticamente desconocidos. De hecho, ya en marzo del año pasado las organizaciones medioambientales dieron por muerto el acuerdo.

Fuente: Ecosistemas

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